Estaba un Sapo sentado en la piedra más grande al lado del estanque, de repente se acerca una gran Boa y abriendo lentamente sus fauces decidida a tragar al sapo, cuando de repente el Sapo voltea, sin la más mínima expresión en su cara, le dice a la serpiente:
_ Yo de ti no haría eso
La Boa consternada de lo que acababa de hacer su presa, se detiene en seco, cerrando sus fauces, con cara de sorpresa, decide escuchar los argumentos que tiene la rana para no ser devorada al instante, la serpiente algo intranquila cuestiona al Sapo:
_ ¿Y por que no debería?
El Sapo mirando fijamente los ojos de la Boa le contesta con una voz fresca y tranquila:
_ Por que si me devoras simplemente morirás!
La Boa consternada retrocede quedando un poco más lejos de lo que ella creería que iba a ser su presa, aún sin entender las palabras del Sapo, la boa cuestiona nuevamente al Sapo:
_ ¿Por que habría de morir?
El Sapo aun con su rostro sin expresión alguna le señala los arbustos, la Boa mira re celosamente el arbusto y divisa un hocico alargado y dos orejas puntiagudas, inmediatamente su rostro se contrae de preocupación, sabe que si ataca al Sapo, sera su ultima cena, e inmediatamente será devorada por el zorro que aguarda tras los arbustos, decide emprender su retirada lo más rápido posible, el zorro al percatarse de que la Boa se escapaba fue tras ella pero ya era demasiado tarde, el zorro voltea a ver al Sapo culpándolo de la huida de su cena, el lo ignora y con un salto largo se sumerge en el estanque.
La boa siempre se preguntará porque el Sapo la ayudo, ¿habrá sido por su propio bien? o simplemente no la queria ver morir, pero de todos modos siempre estará en deuda con aquel Sapo sin gracia que le salvo de ser devorada feroz y dolorosamente.
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