domingo, 15 de abril de 2012

habitacion


Esteban está sentado en  medio de su habitación desesperado por no poder consumir nada de cocaína, hace dos días tomo la decisión de dejar las drogas para siempre, pero nunca creyó que le iba a ser tan difícil , en su habitación no hay mas que un gran espejo que logra reflejar su cuerpo en totalidad,  un colchón harapiento sobre el suelo cubierto por  lo que parecen sobras de comida en tal grado de descomposición que lo único que se logra distinguir es una masa apestosa de moho que se alza sobre el, en medio del suelo se encuentran las vestiduras rasgadas de esteban en la primera noche jaloneo con tanta fuerza su ropa que lo único que le quedó fue su ropa interior,   al final de la habitación se encuentra su único impedimento de salir corriendo de aquella habitación, había pedido a sus amigos que la clavara por fuera para así asegurarse de que no saldría antes de tiempo, dos semanas se supone que es lo que tiene que durar esto proceso absurdo de desintoxicación.
Tirado sobre el piso trata de levantarse torpemente  sin conseguirlo, después de varios intentos  decide rendirse y tumbarse sobre el suelo provocando un vomito ácido que quema cada una de las células de su tracto digestivo, ardido y mareado se arrastra sobre el harapiento colchón.
Mirando el techo nota lo oscura que se ha ido poniendo la habitación desde que él se encerró por primera vez, hace dos días esas paredes blancas reflejaban suficiente luz para mantenerlo en medio de su consciente cabeza , ahora solo unos atisbos de luz lograban atravesar la habitación.
Esteban aturdido y cansado decidor dormir, de repente desde dentro del espejo varios golpes comienzan a retumbar por la habitación, a pesar del malestar, Esteban se incorpora quedando sentado mirando de frente al espejo, inmediatamente los ruidos cesan, algo asustado pero aun cansado Esteban se tumba nuevamente en la mohosa superficie del colchón.
La habitación se encuentra en penumbras totales, Esteban deduce que debe ser algo más de la media noche, su garganta le quema, la resequedad en su boca no le aguanta, ni gota de saliva corre por medio de sus mejillas,  con la boca como el desierto decide buscar a tientas una botella, desenroscando la tapa torpe y débilmente logra al fin dar un trago de un liquido que sacie su sed, el liquido espeso que sale de aquella botella baja lentamente por la garganta de Esteban.
Asqueado del sabor del liquido que se supone saciaría su sed, trata de escupir hasta la ultima gota que entro por su boca hacia su garganta, aun asqueado sin poder superar el sabor de aquel inmundo liquido ponen un dedo en su boca y lo introduce hasta el final de su garganta

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